En este portal podrás seguir todas las noticias relevantes relacionadas con el uso de la plataforma AVIP o eventos de interés en los que participa INTECCA.
Presentación del libro. El inapreciable valor semántico del espacio en el texto narrativo en correspondencia con los demás elementos narrativos, como el tiempo, los personajes y la acción. El concepto de ciudad literaria, la novela urbana, la ciudad como protagonista. El carácter literario de la ciudad de Valencia, su extenso imaginario y su inexplicable invisibilidad. Presentado por su autor, Francisco López Porcal.
El Movimiento Moderno ha sido la gran aportación del siglo XX a la historia de la arquitectura. Desarrollado fundamentalmente en Europa durante las décadas de 1920 y 1930, el concepto ‘moderno’ de la arquitectura y la ciudad ha supuesto unos cambios tan trascendentales como los que en su momento provocó el Renacimiento italiano.
Las transformaciones producidas por este movimiento —también conocido como ‘funcionalismo’, ‘racionalismo’ o ‘estilo internacional’— se hicieron patentes en esos tres aspectos básicos de la arquitectura que son las famosas categorías vitruvianas: firmitas, utilitas, venustas, entendidas respectivamente como ‘técnica constructiva’, ‘cometido funcional’ y ‘composición formal’.
En relación con la primera categoría, la arquitectura moderna aprovechó todas las innovaciones del siglo XIX —en especial el uso del acero y el vidrio—, desarrolló la técnica del hormigón armado y se decantó por un sistema constructivo en el que la estructura portante fuese independiente de las paredes de cerramiento; propugnó asimismo el uso sincero de los materiales, huyendo de revestimientos que ocultasen su apariencia natural.
Con respecto al cometido funcional de los edificios, el Movimiento Moderno buscó la regeneración de la sociedad a través de la renovación de la arquitectura, y para ello se comprometió en programas de amplio contenido social, especialmente barrios de vivienda obrera. De ideología mayoritariamente progresista, los arquitectos modernos contribuyeron igualmente a la mejora de las condiciones físicas e higiénicas tanto de los edificios en sí como de los conjuntos urbanos.
Sin embargo, el cambio más llamativo se produjo en lo relacionado con la composición formal. La arquitectura moderna, en paralelo con las vanguardias artísticas, se opuso frontalmente al historicismo decimonónico, rechazó el uso de la ornamentación aplicada y apostó decididamente por los volúmenes nítidos, las superficies tersas y los espacios continuos, además de inclinarse por geometrías simples aunque ricamente articuladas, y utilizar la línea recta como fundamento y la curva como contrapunto.
El diseño y la construcción de espacios y ciudades no es neutral, el urbanismo tiene la capacidad de favorecer a ciertos sectores de la población y descuidar a otros. Ahora mismo la mayoría de las ciudades están estructuradas de tal forma que se priorizan los desplazamientos rápidos en coches particulares, buscando satisfacer el modelo económico actual de producción y consumo y descuidando los espacios de vida comunitaria, el placer de los desplazamientos a pie o en bicicleta o la necesidad de calles que propicien autonomía y seguridad para todas las personas, con independencia de su género, edad, nivel socioeconómico o características personales.
Necesitamos una ciudad que ponga en el centro la VIDA de las personas. Porque repensar los espacios también hace que se pueda modificar la realidad social, que se puedan crear barrios diversos e inclusivos que satisfagan las necesidades de la vida cotidiana y que tiendan redes comunitarias necesarias para sostener la vida. Porque los cuidados, la crianza, la necesidad de seguridad, las tareas domésticas, la familia y toda su gestión no tienen que ser invisibles, no tienen que estar ocultas tras las cortinas de lo privado, sino que pueden y deben formar parte de lo público.
Para ayudarnos a repensar esos espacios, contamos con personas que, de manera altruista, participarán aportando su saber desde distintas formaciones académicas y experiencias profesionales como la arquitectura, el urbanismo, el arte, la biología, la ingeniería, la historia, la educación y la filosofía. Las zonas urbanas son la zona cero de la pandemia del COVID-19, con un 90 % de los casos comunicados; esta multiplicidad de miradas nos dará luz hacia nuevos caminos para habitar las ciudades en estos tiempos pandémicos por los que estamos transitando.
Este curso explora el pasado y el futuro de la imaginación urbana en toda su extensión, abarcando no sólo los proyectos y las visiones de la arquitectura y del paisajismo, sino también las múltiples recreaciones y representaciones de los espacios urbanos en el mundo audiovisual (fotografía, cine, documentales, TV, publicidad, medios digitales y redes sociales). El curso examinará distintas formas en las que se ha imaginado la ciudad del futuro, desde el modernismo hasta nuestros días, proporcionando una visión multidisciplinar gracias a la participación de profesionales de distintas áreas de conocimiento: historia y teoría de la arquitectura, urbanismo, sociología y antropología urbanas, estudios audiovisuales y crítica cultural.
La Agenda 2030, a través del Objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) número 17, nos reta a «fortalecer la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, complementada por alianzas entre múltiples interesados que movilicen y promuevan el intercambio de conocimientos, capacidad técnica, tecnología y recursos financieros, a fin de apoyar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Específicamente en el ámbito del desarrollo sostenible y la Agenda Urbana, el ODS 11 persigue ”aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para una planificación y gestión participativas, integradas y sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países”. La Agenda Urbana Española hace suyos estos objetivos. Para poder alcanzarlos, es fundamental analizar las buenas prácticas que se están llevando a cabo en este ámbito, y fortalecer estrategias de acción participativas orientadas al desarrollo sostenible. En este curso, a partir de la experiencias del Participatory Group, red global formada por más de 50 ciudades, analizamos un conjunto relevante de buenas prácticas y estrategias de participación.
Desde hace décadas se discute el fenómeno de la globalización y de su repercusión sobre todas las esferas vitales. Si todo lo que nos rodea está haciéndose ‘global’, lo mismo está pasando con las ciudades. Así, ciudades con diferencias importantes de población, territorio, historia y cultura experimentan transformaciones muy similares y acaban produciendo un tipo de paisaje estandarizado. Ya sea en las áreas urbanas dedicadas al consumo, el entretenimiento o el turismo global, ya en las periferias residenciales suburbanas, el paisaje que observamos muestra el resultado de una urbanización banal, puesto que se puede repetir y replicar con absoluta ubicuidad y con independencia del lugar. Más que de urbanización podemos hablar entonces de Urbanalización.
El curso ofrece una panorámica general sobre los procesos de globalización urbana y sus efectos sobre la forma y funciones de las ciudades, así como sobre la experiencia urbana de sus habitantes.
En particular, el curso plantea y explica en profundidad el concepto de Urbanalización (Muñoz, 2008) a partir de contenidos de tipo teórico y de ejemplos concretos ilustrativos de los procesos de origen y, sobre todo, de los resultados sobre y para la ciudad que conlleva esta dinámica urbana global.