CV – 11-09-2024 – SPQR. Romano, ¿a qué dedicas tu tiempo?

Los ciudadanos romanos, ya fueran optimo iure o sin derechos cívicos, ocupaban la mayor parte de su tiempo en una actividad concreta. En este caso, nuestro punto de vista se va a fijar en la visión que, de cada una de las actividades posibles, tenía un romano perteneciente a la más alta clase de la sociedad: los senadores, y cómo a éstos les estaban permitidos unos trabajos y prohibidos otros; o al menos, si ejercían alguno de ellos, les suponía un elevado desprestigio social. En sentido estricto, es difícil hablar de profesiones o profesionales aplicados al mundo romano. Con más propiedad podríamos, o deberíamos, hablar de actividades; el concepto de profesión o de profesional es demasiado moderno y tiene una serie de condicionantes que no todos ellos son aplicables a la antigua Roma. Todas estas actividades eran indispensables en una sociedad compleja y altamente estratificada como lo era la romana y, sin duda, han dejado su impronta en nuestra sociedad moderna. La agricultura, el comercio y los comerciantes, los servicios públicos o privados, la preocupación por la salud, la educación, las diversiones y, sobre todo, las dos grandes herencias que Roma nos ha dejado: el derecho y las obras públicas. Todo ello nos lleva a considerar que nuestra sociedad moderna y la antigua sociedad romana, salvando las diferencias que sin duda son muchas, tenían y tienen numerosos elementos comunes, que no podemos despreciar, y que en definitiva aproximan a ambas sociedades.

CV – 18-09-2024 – El suicidio en la Antigüedad Clásica

La palabra suicidium, de la que deriva el término “suicidio”, no procede del latín clásico ni se usaba en la antigua Roma: los romanos hacían referencia más bien a la mors voluntaria, que entre los griegos recibía denominaciones como αὐτοχειρία. Con ambas expresiones se aludía a un acto consciente e intencionado por medio del cual un individuo ponía fin a la propia vida. Las fuentes antiguas nos muestran no sólo que el suicidio estuvo ampliamente extendido en Grecia y Roma, sino que era un acto socialmente aceptado. En este sentido, situaciones como la edad avanzada, una enfermedad crónica, la búsqueda de redención personal o la recuperación del honor perdido eran razones sancionadas públicamente para cometer suicidio. Al mismo tiempo, estas sociedades no fueron ajenas a debates morales acerca de la idoneidad de esta práctica.

El objetivo del presente curso es aproximar al alumnado a la concepción que se tenía del suicidio en la Antigüedad Clásica. Para ello, no sólo se examinarán casos de suicidios conocidos y con gran impacto en su contexto histórico, sino que se abordará la cuestión desde una perspectiva médica, filológica, sociológica, jurídica y filosófica.

CV – 18-07-2024 – ¿Verdad histórica o distorsión historiográfica? Un recorrido crítico por las fuentes de la Antigüedad

Tendemos a fiarnos de las fuentes literarias antiguas, sea porque suelen ser las principales ‒o las únicas‒ para reconstruir los acontecimientos del pasado, porque su antigüedad parece dotarlas de un carácter venerable, porque la habilidad literaria de sus autores hace que sus noticias resulten cautivadoras, o porque la aceptación crédula resulta ser la actitud que requiere un menor esfuerzo intelectual. Hasta tal punto es así, que una parte de la historiografía moderna no es más que una paráfrasis o interpretación amplificativa de muchas de esas mismas fuentes.

Sin embargo, más allá de la mirada ingenua que confía de modo indiscriminado en lo que cuentan los textos procedentes de la Antigüedad, la conciencia del historiador le exige adoptar una actitud de desconfianza que ponga en tela de juicio las tradiciones recibidas. La existencia de variantes textuales, las contradicciones y los datos intrínsecamente implausibles que los textos albergan, la información divergente proporcionada por el registro arqueológico, epigráfico o numismático, así como el descubrimiento de sesgos y tendencias ideológicas en los autores, son factores que inducen al escepticismo y a practicar una necesaria hermenéutica de la sospecha.

El presente curso de verano realizará un recorrido por diversas fuentes antiguas -escritas en griego, latín y hebreo en un arco temporal de un milenio- con el objeto de llevar a cabo la tarea esencial de discernir en ellas entre verdad y ficción. Se trata, en suma, de afrontar con mayor lucidez y sentido crítico la lectura de los historiadores de la Antigüedad.

CV – 01-07-2024 – Las otras mujeres en Roma: Invisibilidad, virtud y trabajo femenino en el mundo antiguo

La existencia de brillantes narraciones acerca de las mujeres de la casa imperial, y las dificultades para documentar la vida de las otras mujeres, aquellas de la no élite, han invisibilizado su presencia en los libros de Historia. Sin embargo, también éstas disfrutaron, sufrieron, produjeron, trabajaron y murieron dejando numerosas evidencias de su presencia y su contribución social. El curso supone un acercamiento a la vida de estas niñas y mujeres del mundo antiguo a través de las fuentes.

CV – 10-07-2024 – Muerte y ritual en el arte del antiguo Egipto

La muerte en la antigüedad y las maneras en las que el individuo se enfrenta a ella se manifiestan de forma clara en el arte. En el caso del antiguo Egipto, es más evidente, ya que la mayor parte de la documentación conservada procede del ámbito funerario. En este curso, un grupo de especialistas se reunirá para hablar y discutir sobre la muerte, el ritual funerario y su reflejo en el arte mueble e inmueble. El alumno adquirirá un conocimiento mucho más profundo sobre la cultura funeraria del antiguo Egipto, los artistas y escribas artífices de esta obra, y las formas en las que el individuo se prepara para la vida eterna.

CV – 04-07-2024 – DOMVS. Vida doméstica en el mundo romano

La tradición cultural romana, íntimamente vinculada a los mores (costumbres ancestrales) y a los sacra privata (legado de la religión doméstica) exigía al ciudadano una morada fija y propia o en posesión, aunque fuese pequeña. Más allá de las cabañas primitivas que proporcionaban refugio (casae y tuguria) y de la proliferación posterior de las insulae masivamente habitadas, la vivienda privada más reconocible en el mundo romano fue la domus, ya adoptase la forma de mansión de carácter urbano, ya fuese una villa situada en el campo perfectamente diseñada para favorecer la ansiada secessio in rure de las élites sociales. En el interior de cualquiera de estos modelos de “casa romana” acontecía la vida íntima de la familia, tanto de las personas sometidas a la autoridad de otro (alieni iuris), indudablemente el paterfamilias, como de aquellas que eran libres de cualquier autoridad ajena (sui iuris) y que, en cambio, ostentaban el poder dominante y el derecho legal a tener un patrimonio. La domus constituía la expresión más inmediata de esta última condición. La casa señorial, cuyo modelo arquitectónico aparece perfectamente definido en el conocido tipo “pompeyano”, se articulaba siguiendo una distribución espacial que diferenciaba perfectamente el carácter privado o público en que se configuraban los diferentes ambientes (faucesatriumalaelarariumtablinumtricliniumcubiculumperistylumoecusexedranimphaeumbibliotheca, etc.). Algunas estancias, que por su carácter sagrado estaban destinadas al culto tradicional de la familia, facilitarían posteriormente la reunión de los miembros de la comunidad religiosa a la que pudo pertenecer el dominus de la casa. Así es como surgieron en el ámbito cristiano las primeras domus ecclesiae de época imperial.