CV – 11-09-2024 – SPQR. Romano, ¿a qué dedicas tu tiempo?

Los ciudadanos romanos, ya fueran optimo iure o sin derechos cívicos, ocupaban la mayor parte de su tiempo en una actividad concreta. En este caso, nuestro punto de vista se va a fijar en la visión que, de cada una de las actividades posibles, tenía un romano perteneciente a la más alta clase de la sociedad: los senadores, y cómo a éstos les estaban permitidos unos trabajos y prohibidos otros; o al menos, si ejercían alguno de ellos, les suponía un elevado desprestigio social. En sentido estricto, es difícil hablar de profesiones o profesionales aplicados al mundo romano. Con más propiedad podríamos, o deberíamos, hablar de actividades; el concepto de profesión o de profesional es demasiado moderno y tiene una serie de condicionantes que no todos ellos son aplicables a la antigua Roma. Todas estas actividades eran indispensables en una sociedad compleja y altamente estratificada como lo era la romana y, sin duda, han dejado su impronta en nuestra sociedad moderna. La agricultura, el comercio y los comerciantes, los servicios públicos o privados, la preocupación por la salud, la educación, las diversiones y, sobre todo, las dos grandes herencias que Roma nos ha dejado: el derecho y las obras públicas. Todo ello nos lleva a considerar que nuestra sociedad moderna y la antigua sociedad romana, salvando las diferencias que sin duda son muchas, tenían y tienen numerosos elementos comunes, que no podemos despreciar, y que en definitiva aproximan a ambas sociedades.