Estamos acostumbrados a pensar en Roma como el gran estado que fue capaz de conquistar la mayor parte del mundo conocido, de vencer de forma implacable a sus enemigos tras (gracias a la industria de Hollywood) semi eternas batallas, de disfrutar de los mayores lujos o de conseguir llevar a cabo las más arriesgadas obras de ingeniería. Todo esto, por supuesto, fue Roma. Pero, sólo una parte de la civilización romana. Porque, sin embargo, hay otra Roma. La Roma de los disparates, de los fiascos, de las meteduras de pata más impresionantes, de las situaciones extravagantes y ridículas. La Roma que, sin duda, hubiera servido de inspiración al mismísimo Willy Wilder.
Cerdos voladores, maridos testigos de la boda de sus propias esposas, casas estrafalarias, amantes bocazas, banquetes hilarantes, etc.…Acompáñennos por la Roma mas disparatada y menos gloriosa que se puedan imaginar.
Si es que ya lo decía el bueno de Obelix: Están locos estos romanos. O, si lo prefieren, Isti Romani delirant.