CV – 14-07-2021 – Las crisis políticas en la España contemporánea

Todos los indicadores disponibles en el ámbito de las ciencias sociales apuntan a que la sociedad española se aproxima a una más de sus crisis existenciales. A diferencia de otras naciones occidentales dotadas de una mayor estabilidad y de un curso histórico más lineal, España se caracteriza por crisis cíclicas que convulsionan su funcionamiento institucional y la abocan a una redefinición periódica de su propia identidad.

A lo largo de este repaso, nos vamos a detener en los hitos más significativos que jalonan el último siglo largo que va de la crisis del 98 a la pandemia de 2020. La historia comienza con la primera crisis de la restauración borbónica, en 1898, fruto de una derrota militar que llevó a la pérdida de las últimas colonias; seguida entre 1917 y 1923 de un ciclo de protestas e inestabilidad política, sin que las élites fueran capaces de actualizar la fórmula canovista, abriéndose hacia un esquema político democrático.

Ello nos lleva, después de un largo episodio dictatorial, a la crisis de los años treinta, en un contexto internacional de máxima confrontación ideológica y geopolítica. La fórmula constitucional empleada entonces no reunía las suficientes garantías de consenso ni de diseño institucional como para conjurar la dinámica de polarización desatada en la década de los treinta, de manera que el golpe de Estado del año 36 y la consiguiente guerra civil condenaron al país a la pesadilla del nacional-catolicismo y el aislamiento internacional.

Con estas premisas, cabe decir que la única crisis existencial de la que España salió fortalecida fue la crisis de los años setenta del pasado siglo, por cuanto fue el único momento en que las elites políticas fueron capaces de acordar no solo un marco constitucional de amplio consenso sino también un proyecto de estabilidad y crecimiento: la integración europea. Nunca España brilló tanto como en las décadas que van de la muerte de Franco a 2010, por cuanto parecía cumplirse el viejo sueño orteguiano: Europa como solución al problema español. No es casualidad, desde este punto de vista, que los primeros síntomas de disfuncionalidad del llamado régimen del 78 fueran simultáneos a la crisis de la eurozona, como tampoco lo es que la manera como se resuelva la crisis de la pandemia en España dependa, más que nunca, de la manera como Europa resuelva su propia crisis existencial ante la amenaza del populismo.

Pues lo que ha puesto de manifiesto la crisis institucional devenida tras la Gran Recesión es que las elites políticas españolas ya no son capaces por sí mismas de encontrar solución a los problemas nacionales: primero fracasó el bipartidismo a la hora de acordar una salida a la crisis económica y, a continuación, fracasó la ‘nueva política’ en su intento de regenerar las instituciones, toda vez que en lugar de facilitar un nuevo consenso regenerador, apelando a la transversalidad ideológica, exacerbaron la polarización que el bipartidismo había puesto en marcha. Para completar el cuadro, las elites periféricas optaron por aprovechar la coyuntura de doble crisis económica e institucional mediante el recurso a la fórmula separatista, eludiendo de esta manera cualquier responsabilidad en la gestión de la crisis. Así las cosas, España depende, por lo pronto, de que Europa aprenda la lección de la pasada crisis del euro, pero depende, sobre todo, de que las elites nacionales no pongan dificultades a la intervención europea, más allá de las limitaciones e impedimentos que la propia Europa está poniéndose a sí misma.

Conviene tener en cuenta, en este punto, que en 2021 España va a alcanzar niveles de paro similares a los que alcanzó en 2012, pero difíciles de soportar con el actual nivel de déficit de la Seguridad Social. Pues a diferencia de 2012, cuando el sistema estaba protegido por un Fondo de Reserva de más de 60.000 millones, no cabe descartar que la financiación de los ERTE lleve al sistema a una situación de máximo estrés. Si ahora mismo es difícil anticipar el escenario económico resultante, más difícil resulta imaginar sus consecuencias sociales. Lo que sí podemos adelantar es el nivel de confrontación política y de ruido mediático que inevitablemente va a llevar asociado, fácilmente previsible a la vista de lo ocurrido en el último lustro. Esperemos que esta vez la crisis existencial que se avecina no vaya acompañada de una crisis en paralelo a nivel europeo.

Las crisis existenciales se producen por acumulación explosiva de crisis parciales o sectoriales. Desde esta perspectiva, la crisis de los años treinta es paradigmática: nada menos que tres grandes cuestiones confluyeron en ese momento de forma crítica: la cuestión social (señaladamente la reforma agraria), la cuestión territorial (la discusión de los estatutos) y la cuestión religiosa (¿había dejado España de ser católica?), cada una de las cuales tenía capacidad por sí misma para generar la suficiente conflictividad social y política como para poner a prueba la capacidad de respuesta del sistema político. Ahora bien, si a ello añadimos la cuestión militar, producto de un ejército sobredimensionado y de una fuerte tradición pretoriana, ya tenemos el cóctel completo.

En la pasada crisis, hemos tenido otro ejemplo aleccionador de cómo funciona el proceso de acumulación: todo empieza con el estallido de la burbuja inmobiliaria, a consecuencia de la burbuja crediticia desencadenada por la unión monetaria. En un primer momento, la crisis financiera se convierte en crisis de deuda soberana, toda vez que los gobiernos se ven impelidos a acudir en socorro de los bancos. A continuación, la crisis de deuda se convierte en crisis social, bajo el imperativo de austeridad emanado de Bruselas y los recortes consiguientes.

En paralelo, se produce el efecto combinado de la incompetencia de los partidos para gestionar la crisis y la proliferación de los escándalos de corrupción, todo lo cual convierte a la clase política en parte del problema y no de la solución. De ahí a la crisis institucional solo hay un paso: es el que dan los partidos embarcados en proyectos rupturistas y, en particular, los independentistas, en su aprovechamiento oportunista de la acumulación de problemas. Así es como se prepara la receta para una crisis existencial. Por si faltaba algo, la jefatura del Estado ha pasado a formar parte del debate político, a raíz de las aventuras extraconyugales del rey emérito, con lo que ya ninguna instancia institucional, incluida la forma de Estado, queda al margen de la crisis. Todo un desafío para la reflexión histórica y sociológica.

CV – 07-07-2021 – Políticas públicas desde la economía feminista

Este curso presenta cuestiones clave para mejorar el bienestar social, incorporando la igualdad de género en el conjunto de las políticas públicas.

En primer lugar, se analiza la situación de mujeres y hombres en España y se ponen en contexto dentro de la Agenda 2030 de objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Además, se profundiza en los retos y oportunidades que supone la ruptura de los roles de género, en particular con la incorporación de los hombres al cuidado y a través de las denominadas “nuevas masculinidades”.

Se presentan políticas consideradas clave desde la economía feminista, que permiten la incorporación del cuidado en las políticas públicas. Además de abordar políticas concretas como los sistemas de permisos parentales igualitarios, la educación universal de 0 a 3 años, la universalización de la atención a la dependencia o la salud pública, se presenta una perspectiva general de cómo la economía feminista puede aportar a la mejora del diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas.

Por último, se presentan distintas perspectivas prácticas de proyectos que trabajan en contextos diversos, con el objetivo común de paliar las desigualdades de género del sistema actual.

07-05-2021 – Enemigos del poder político: la Cruz y la Espada

El presente curso trata de explicar la a menudo compleja interacción entre los poderes terrenal y celestial. Desde el curioso proceso inicial de cristianización que culmina con Constantino y Teodosio, hasta la actual convivencia entre política y religión en la configuración del sistema constitucional español, el proceso se ha visto plagado de enfrentamientos entre ambos por el control del poder. Si durante los siglos medievales asistimos a la lucha entre el Papa y el Emperador por el Dominium Mundi, en la Edad Moderna el Estado absolutista, católico, pretenderá mediante el regalismo usurpar funciones -e ingresos- que corresponderían a la Iglesia. Se plantea, pues, un análisis de la lucha por la potestas, autoritas, supervivencia y convivencia mutua.

  • Lugar: Centro Asociado de Baleares
  • Fecha y hora: Del 7 al 8 de mayo de 2021. Viernes de 16:30 a 21:30 y sábado de 9:30 a 14:30h.
  • Este evento es difundido a través de la Plataforma AVIP y recibe el soporte técnico de INTECCA.
  • Más información.

30-04-2021 – El sueño de Bolívar y la manipulación bolivariana

Presentación online del libro y coloquio con el autor, Carlos Malamud, Catedrático del Departamento de Historia Contemporánea de la UNED. En el coloquio también participarán Jorge Montes Salguero, Director de la UNED Madrid-Sur, y Manuel Florentín López, Editor de Alianza Editorial. Carlos Malamud estudia en este libro el pensamiento de Bolívar, especialmente su idea sobre la unidad americana, y cómo ha sido falsificado a lo largo del siglo XX por intereses políticos la figura del libertador de América (sobre todo, en el caso de la llamada revolución bolivariana que ha revestido a Bolívar de una serie de atributos políticos e ideológicos extemporáneos para poder convertirlo en el máximo profeta de la integración latinoamericana, del socialismo del siglo XXI y de la segunda independencia contra Estados Unidos). Los asistentes recibirán un certificado de asistencia siempre que estén inscritos con anterioridad al viernes 30 de abril.

19-04-2021 – Los retos del nuevo estatuto de autonomía de Canarias

Canarias modificó su Estatuto de Autonomía a finales de 2018 (LO 1/2018, de 5 de noviembre), uniéndose a un grupo de Comunidades Autónomas que ya disponen de lo que se conoce como “Estatutos de nueva generación”, y lo que supone de ampliación de competencias e incorporación de derechos estatutarios. Ha sido la culminación de un largo y complejo acuerdo y consenso entre las fuerzas políticas presentes en el Parlamento de Canarias y en las Cortes Generales.

El Estatuto de Canarias contiene también originalidades dentro del panorama nacional, como la dimensión europea en la que se destaca su condición de región ultraperiférica dentro de la Unión Europea y la actualización de su singular Régimen Económico y Fiscal, a lo que se añade la delimitación de las “aguas canarias” como parte del ámbito espacial del Archipiélago. También hay reformas en el ámbito institucional, como la posibilidad de dictar decretos leyes y decretos legislativos, la posibilidad de disolución anticipada del Parlamento o el referendum de reforma estatutaria. Destaca también por ser el primero que prescinde de los aforamientos de los parlamentarios y por introducir un sistema electoral con doble circunscripción (insular y regional) completamente inédito.

Los cambios introducidos en la norma básica autonómica han sido numerosos y de gran calado político y social. La intención del curso es exponer la trascendencia de esos cambios y abordar los retos que se plantean hacia los próximos años al desplegar la eficacia de todas sus previsiones. Resulta evidente que la norma estatutaria es una herramienta principal para operadores jurídicos, pero además, por su naturaleza de norma política básica, interesa a otras muchas disciplinas y, por supuesto, al conjunto de la sociedad.

14-04-2021 – Una taxonomía del pensamiento liberal, desde los orígenes a nuestros días

Este curso pretende aportar al alumnado un retrato de lo que es y ha sido el pensamiento llamado liberal a lo largo de la historia, describiendo especialmente su eclosión en los inicios de la contemporaneidad y su ya largo caminar hasta nuestros días. La empresa, casi taxonómica, presenta sus dificultades, no siendo la menor la frondosa polisemia de los conceptos “Liberal” y “Liberalismo”; comenzando por las interpretaciones que se les suele conceder a un lado y otro del Atlántico y continuando por aquellos que se presentan como liberales a pesar de mantener principios políticos ciertamente alejados de las esencias del individualismo, sobre todo en lo que al papel del Estado se refiere. Si a esto añadimos aquello que entienden los diccionarios por “Liberalidad”, un trasunto de espíritu generoso, la ceremonia de la confusión está definitivamente servida.

Siendo así, no queda más que comenzar por el principio, esto es, suscribiendo lo poco que resulta comúnmente aceptado por unos y otros; es Liberalismo aquel pensamiento que consagra la idea de Libertad como bien superior y, además, superior a otros como Igualdad o Equidad. Enseguida desde su cátedra de Oxford el sagaz Isaiah Berlin nos recordaría que esa idea de libertad debería en primera instancia refrendarse con carácter negativo, pues el ser humano puede ser libre para negar o no hacer, redimiéndose de cadenas y ataduras, pero siempre le resultará más difícil ejercer la libertad positiva, el puro elegir, si carece de los medios necesarios para alcanzar el fin deseado. Así, el profesor de origen letón podía afirmar: “Se dice, muy plausiblemente, que si un hombre es tan pobre que no puede permitirse algo, respecto a lo cual no hay ningún impedimento legal —una barra de pan, un viaje alrededor del mundo, o el recurso a los tribunales—, tiene tan poca libertad para obtenerlo como si la ley se lo impidiera.” O, más brevemente:

Como dijo un escritor radical ruso del siglo XIX, «hay situaciones en las que las botas son superiores a las obras de Shakespeare”.