“El cuerpo tiene la llave para tu bienestar”
Es probable que hayas oído hablar de esto o que tu misma/o lo padezcas: “cuando me estreso cargo toda la tensión en los hombros y cuello”, “con frecuencia me duele el estómago sin un motivo aparente”, “los disgustos me generan una presión en el pecho que no me deja vivir”, “cualquier cambio de planes acaba en un dolor de cabeza”, “en ocasiones noto que me cuesta respirar”, “tengo una tendinitis que me he provocado con la tensión corporal”, “siento un tic en el ojo que no se me va”, “apenas hago nada y me duele todo el cuerpo”, etc.
Esto es somatizar. Nuestro cuerpo habla y esta es la forma que tiene de expresarse, las sensaciones corporales son su lenguaje. Pero este lenguaje no es un monólogo corporal sino que se vincula e interactúa de forma continua y dinámica con nuestra mente (pensamientos, ideas, recuerdos, imágenes, gestos, etc.). En nuestra mente está el origen de todo lo que nuestro cuerpo expresa. Todo lo que pasa por la mente se refleja en nuestro cuerpo y todo lo que llega al cuerpo lo recibe la mente.
Todas/os, de manera biológica, podemos sentir nuestro cuerpo. Y todos mantenemos un flujo constante de somatizaciones algunas pasajeras, sutiles, otras permanentes que nos bloquean provocando dolor e incluso cronificando el dolor.
Aunque puede suceder que por motivos traumáticos, la capacidad de sentir el cuerpo se encuentre bloqueada. O debido al ritmo acelerado de la vida te cueste sentirlo y darte cuenta del inicio o proceso de somatización. Pero esto no significa que el cuerpo no somatice, si no que no hay consciencia de que ocurre.
El proceso interno de cambios corporales que he comentado ayuda a entender qué es la somatización (o somatizar).
El origen etimológico de la palabra procede la unión de “soma” (del cuerpo) y “tico” (relativo a).
Actualmente lo somático se define como el cuerpo sentido y vivido desde dentro, y la somatización se refiere a la forma en que perdura en el cuerpo tras el proceso somático.
La somatización es la interacción dinámica y cambiante en la que la historia personal y genética, junto con los pensamientos, actúan sobre nuestra forma física.
La propia definición deja claro que la somatización es la responsable directa de nuestra postura, gestos, expresiones, del funcionamiento de los órganos internos, forma de relación y de ver el mundo.
Mantenemos una forma que nos sirvió en el pasado a pesar de lo desagradable que pueda resultar en la actualidad. Podemos ser incapaces de formar una experiencia emocional que nos traiga satisfacción.
Cualquier persona puede aprender a participar de su inteligencia somática en lugar de intentar evitar el dolor, de compensar nuestra debilidad o de tratar de acomodarnos a cualquier limitación o trauma, procesos todos ellos que nos disminuyen.
Podemos hacer todo lo contrario, utilizar nuestras circunstancias para abrirnos a algo que es más grande de los que pudiéramos imaginar.
Afortunadamente gracias a la neuro plasticidad de nuestro cerebro podemos evolucionar la forma hasta transformarla recuperando el bienestar físico, mental y emocional.
Los entrenamientos somáticos pretenden desarrollar esta inteligencia somática. Imprescindible si se pretende llevar una vida en armónica.
La inteligencia somática es nuestro patrimonio natural.
Lo somático incluye a una persona, aquí y ahora, en este momento, con una inteligencia incorporada para conocerse desde el interior, cómo sentimos y percibimos.
La necesitamos para percibir, evaluar y responder de un modo inteligente.
El entrenamiento somático proporciona una información que se da en tiempo real. Conocer el cuerpo desde el cuerpo.
Esta información resulta muy valiosa en el aprendizaje somático, dando apoyo cuando hacemos pequeños cambios en la atención que alteran el curso de nuestras vidas, el estado de salud y de felicidad tanto física como emocional.
Si no desarrollamos nuestra inteligencia somática como un sistema de guía posiblemente desembocaremos en un destino indeseado.
El entrenamiento somático te ayudará a conocer el poder transformador de la atención.
El cuerpo es un sistema sumamente sensible y capaz de reaccionar.
El aprendizaje somático es algo que no se aprende de un libro. Se aprende de la propia experiencia corporal y de la consciencia, con voluntad para prestar atención a los movimientos y a la sabiduría interna del cuerpo es el mejor maestro/a para llegar a un estado de máxima plenitud y vitalidad.
Esta inteligencia somática proporciona un nuevo orden, que funciona a través de estas tres características fundamentales: es auto perceptora, autoorganizada y auto renovadora.
“Sé una luz para ti misma/o” Buda
- Lugar: UNED Pontevedra
- Fecha y hora: Del 6 de noviembre 2025 al 5 demarzo de 2026
- De 10:00 a 12:00 h.
- Evento difundido a través de la Plataforma AVIP que recibe el soporte técnico de INTECCA
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