CV – 13-07-2022 – La ciudad no es para mí: vivir, malvivir y sobrevivir en la Antigua Roma

La primitiva sociedad romana era una sociedad, básicamente de campesinos cuya subsistencia dependía de una pequeña propiedad, pero no siempre les fue posible sobrevivir con estas reducidas haciendas y hubo momentos en los que la única salida que les quedaba era ir a una ciudad, donde podían encontrar algún trabajo o, si eran ciudadanos, subsistir de la beneficencia del estado. Esto es lo que le va a suceder a nuestro imaginario personaje Gayo Asinio Polión, hijo de Gayo, quién se verá obligado a abandonar las tierras que poseía en el fundus en el que vivía, para tratar se sobrevivir en la capital de la República, en Roma.

Una vez llegado, lo primero era buscar una vivienda, conseguir sus primeros alimentos, conocer la ciudad, sus barrios y sus peligros y buscar a un protector, un patrono. La búsqueda de trabajo no era fácil y en ocasiones la única salida que le quedaba, ya a finales de la República, era alistarse en el ejército. También, si era ciudadano, en más de una ocasión al año era llamado a las urnas, para elegir a los nuevos magistrados. Si finalmente había acabado enrolado en una legión, a su regreso, una vez cumplidos los 20 años de servicio, ya en Roma, podría contemplar el fastuoso triunfo de alguno de los generales, bajo quién, es probable, que hubiera servido. Pero la vida en Roma no estaba exenta de peligros, ladrones y facinerosos siempre acechaban; sin perder de vista la enfermedad.

Como resumen, podernos decir que sobrevivir en la Antigua Roma aunque fuera durante un corto periodo de tiempo podía convertirse para cualquiera que no residiera habitualmente en la Urbs en algo parecido a Los Doce Trabajos de Hércules.

Este curso tiene como objetivo mostrar de forma diferente algunos de los aspectos menos conocidos de la vida cotidiana de la capital del Imperio.