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La Resiliencia significa ser capaz de enfrentarse con éxito a los acontecimientos por muy adversos y diversos que ellos sean. Es decir, tener una actitud inteligente positiva y creativa ante las dificultades. Para las personas resilientes “no existe una vida dura, sino momentos difíciles”. Y no se trata de algo teórico, sino de una manera diferente y optimista de ver el mundo a través de la práctica. Si deseas saber cómo desarrollar una nueva mirada más optimista hacia lo que te acontece y descubrir el potencial que eres, te proponemos este curso-taller donde adquieras conocimientos sobre la Resiliencia y el desarrollo de habilidades que ayuden hacia un estado de superación desde el descubrimiento de las propias fortalezas.
Curso dirigido a profesores, psicólogos, sanitarios, coaches y otros profesionales de los ámbitos clínico, educativo, empresarial y de desarrollo personal en el que se presentan los fundamentos para el desarrollo e implementación de intervenciones basadas en mindfulness. La formación incluye un extenso contenido teórico, así como prácticas guiadas y supervisadas, además de un programa de 7 semanas basado en MBSR.
El trasiego cotidiano de nuestra vida diaria nos lleva a actuar con el piloto automático sin reparar en la riqueza que nos ofrece el momento presente (lo que es sentir, ver, gustar, tocar, oler estando en el ahora), nos llenamos de preocupaciones e insatisfacciones propias de una mente encapsulada entre el pasado y el futuro. Esto no solo produce una tensión en nuestro cuerpo (problemas físicos y desajustes emocionales), sino también un descentramiento de nosotros mismos perdiendo la capacidad de decidir hacia dónde focalizar la atención. Acabamos por perder la noción de nosotros mismos y la consiguiente coherencia, encontramos absorbidos por ese torbellino de actividad reaccionando de forma mecánica e inconsciente. Esta es la manera como nos provocamos el estrés, la ansiedad…
Con la introducción de la práctica de Mindfulness en nuestro devenir diario nos abrimos a ser testigos de cómo la mente está en todas partes liberándonos de los cauces habituales del pensamiento, desarrollando nuestra capacidad de relajarnos, de prestar atención, de adquirir conciencia y de tener una visión más profunda sobre la naturaleza de las cosas y una comprensión más profunda sobre nosotros mismos, aceptando y respondiendo coherentemente a cualquier circunstancia que se nos presente.
La atención se utiliza como una herramienta para investigar el conocimiento de la experiencia de la vida interior (conciencia de pensamientos, emociones y sensaciones físicas), el conocimiento de la experiencia de la vida exterior (conciencia de otras personas, lugares y cosas) y la conciencia de ambos a la vez sin mezclar los dos.
Es por ello que este curso, puede venir bien, tanto si eres estudiante o no, para el rendimiento académico y personal diario y a su vez como herramienta a la hora de llevarlo a cabo en tu o futura profesión.
Nos encontramos como ciudadanos del siglo XXI viviendo tiempos de profundo cambio social. En situaciones tan extremas como la causada la pandemia del COVID-19 y el aislamiento, las emociones difíciles se han intensificado y sobrepasado en muchos ciudadanos: miedo, estrés, irritabilidad, hastío son solo algunos de los síntomas que la población ha ido desarrollando tras verse afectados por esta nueva situación. Alargadas en el tiempo, estas emociones, nos pueden llevar a desarrollar síntomas de ansiedad o cuadros depresivos, es más, según un estudio publicado en la revista Journal of Affective Disorders hasta un 65% de la población habría desarrollado ansiedad o depresión por culpa del confinamiento, lo que ha dado lugar a otra pandemia relacionada con la salud mental. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado Fatiga covid o pandémica a un cansancio mental y físico que afecta a toda la población independientemente de que haya sido contagiado o no por el virus. Esta fatiga puede acabar bloqueándonos y ser explicativa de muchos de los brotes depresivos y ansiosos que se están produciendo a nivel mundial.
La ansiedad es una emoción más y, como tal, todos la experimentamos. Sin embargo, eso no significa que no podamos hacer algo al respecto. La ansiedad, además de ser molesta, puede convertirse en un trastorno psicológico. Por eso, lo mejor es lidiar con ella desde ya, aprendiendo qué es, cómo funciona y, aún más importante, cómo podemos gestionarla con la meditación y el mindfulness, una de las técnicas más poderosas y milenarias de las que disponemos.
La meditación mindfulness es una de las más populares de la actualidad, tanto por su eficacia como por los cientos de estudios que la respaldan. La práctica del mindfulness contra la ansiedad puede prevenir las enfermedades asociadas a la pandemia y aumentar el bienestar psicológico de las personas, incluso cuando han sido sometidas a situaciones adversas. Veremos cómo esta técnica aumenta así la resiliencia y disminuye el riesgo de estrés postraumático, otro de los cuadros frecuentes, sobre todo en familiares y supervivientes del virus, así como en sanitarios, por el estrés y el sufrimiento que han presenciado. Además, los estudios muestran que vivir con mayor atención al presente es uno de los beneficios principales de la práctica. Eso, en relación con la ansiedad, nos aporta dos habilidades clave para gestionarla: Tomar consciencia de nuestra caótica actividad mental —hasta ahora, inadvertida— y habitar el “aquí y el “ahora”.
Curso dirigido a profesores, psicólogos, sanitarios, coaches y otros profesionales de los ámbitos clínico, educativo, empresarial y de desarrollo personal en el que se presentan los fundamentos para el desarrollo e implementación de intervenciones basadas en mindfulness. La formación incluye un extenso contenido teórico, así como prácticas guiadas y supervisadas, además de un programa de 8 semanas basado en MBSR.
La práctica de mindfulness puede entenderse como el ejercicio de la atención y conciencia plena, como presencia atenta y reflexiva a lo que sucede en el momento actual. Mindfulness ejercita la capacidad de la persona para centrarse en el momento presente de un modo activo, sin interferir ni valorar lo que se siente o se percibe en cada momento.
Como procedimiento terapéutico estimula que los aspectos emocionales y cualesquiera otros procesos de carácter no verbal, sean aceptados y vividos en su propia condición, sin ser evitados o controlados.