CV – 07-07-2021 – El arte en la ciencia y la ciencia en el arte: una mágica simbiosis de carácter terapéutico y docente con interacción social

Durante siglos y más allá de las Facultades de Bellas Artes o de los propios ámbitos creativos y artísticos en los que se desarrolla y desenvuelve, el Arte parece haber estado relegado a un segundo plano y hasta denostado por los que se consideraban y consideran entornos puramente científicos. Ciencia y Creatividad o Arte y Ciencia, han sido y aún hoy son binomios difícilmente hermanables, en y por determinados sectores.

Sin embargo y como ejemplo innegable de integración e interdisciplinariedad, este curso ha unido a artistas, juristas, trabajadores sociales, profesores, filólogos, físicos, pedagogos, químicos, sociólogos, politólogos, psicólogos y filósofos que tienen en común el hecho de haber empleado la creatividad en el desarrollo de cualquiera de las disciplinas a las que cada profesional se dedica.

Así, además de la maravillosa y humanista unión de conocimientos, los profesionales que se han servido de música, literatura, pintura, escultura, teatro, fotografía, cuentos, cómics, cine, humor gráfico, mundo cibernético o publicidad en el desarrollo de su actividad investigadora y docente y tanto teórica como práctica, no sólo han llevado a cabo beneficiosas terapias o intentado transmitir “con arte” sus conocimientos, sino también creado con ello una determinada interacción social. Y todo gracias al arte o, mejor dicho: ¡ARTE! Porque la aplicación del arte en el mundo científico no sólo es posible, sino también hermosa, enriquecedora, integradora y, hoy en día, necesaria…

Entre otras cosas porque la neurociencia moderna ha demostrado, científicamente, que sin pasión no hay aprendizaje. Y si no hay aprendizaje, ¿qué sentido tendría la enseñanza y la actividad docente en sí? ¿Y cómo se llevará a cabo cualquier terapia con resultaos satisfactorios? El Arte es esencial en cualquier aspecto de la vida porque, además de destilar belleza, genera pasión, y la pasión nos enreda en la fascinante madeja de querer saber y entender cuanto nos rodea.

Pese a que como afirmó Einstein “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, nunca debemos dejar de luchar por desintegrar prejuicios que a día de hoy, además de ser obsoletos, nos impiden hacer bien nuestro trabajo en ámbitos terapéuticos o en ámbitos docentes.

Sin duda, el mayor prejuicio es no querer ver que el siglo XXI nos incita a integrar, humanizarnos y reconectarnos reconociendo el Arte en nuestras vidas. Porque el Arte, en todas sus variantes y desde tiempo inmemorial y hasta la actualidad, ha sido y es, por excelencia, no sólo el “gran” medio de expresión del ser humano, sino también una forma de rescatar el Humanismo perdido, siendo vehículo de comunicación y unión entre unos y otros.

Por tanto, con este curso también se hace necesario incitar a cambiar muchos esquemas y, de entre ellos, tal vez deberíamos empezar por cambiar nuestra forma de entender y relacionarnos con el Arte. Primero como juristas, filólogos, filósofos, sociólogos, pedagogos, científicos, trabajadores sociales o terapeutas en el más amplio sentido de la palabra, asimilando que el Arte es una herramienta esencial que facilita y enriquece nuestra actividad. Pero sobre todo como docentes: porque el Arte, en todas sus variantes, es un medio maravilloso para comunicar y transmitir valores al tiempo que se transmiten conocimientos para poder conocer, enseñar, aprender, integrar y, siempre, enriquecernos. Después de todo, ¡no hay mayor arte que saber vivir con arte!