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La Orden Militar de Calatrava, tras la venta de Valdepeñas al Marqués de Santa Cruz siguió presente en la Villa, tanto en representantes del Concejo como en el poder religioso. La Orden representaba el prestigio social de un grupo reducido respecto al resto de la sociedad. Es por ello, que a pesar de pertenecer al Señorío del Marqués de Santa Cruz se construye en la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción la Capilla del Santísimo Cristo de la Piedad, un espacio destinado para el enterramiento de este grupo social.
En esta conferencia se analizará el patrimonio fortificado de la isla de Ré. Esta pequeña isla francesa situada en el Océano Atlántico, frente a La Rochela desempeñó un papel de vigía sobre el Atlántico. Debido a su situación estratégica le ha permitido tener una larga trayectoria histórica repleta de ocupaciones y conflictos bélicos.
Por ello, desde ya desde la Edad Media se tiene constancia de la existencia de fortificaciones en dicha isla. Dichas construcciones no van a cesar de evolucionar, especialmente en el siglo XVII con la ciudadela de San Martin de Ré y el recinto abaluartado construido por Vauban.
Ya en el siglo XX, los ingenieros alemanes serán los encargados de fortificar nuevamente la isla dotándola de un elevado número de baterías costeras y posiciones defensivas.
Así que tomando como punto de partida los elementos anterior- mente citados se realizará un breve análisis de la evolución de las defensas construidas en la isla de Ré. La importancia del terreno, la tipología o la integración de las nuevas fortificaciones del siglo XX en las defensas ya existentes, serán algunos de los aspectos a estudiar.
La solidaridad siempre emerge frente a la crisis social. Entre las páginas más lúgubres de la historia española del siglo XX, el Desastre de Annual de 1921 ocupa un espacio propio. Marruecos se había convertido en una pesadilla para miles de familias españolas que, olvidando su secular resignación, acudirían en ayuda fraternal de aquellos soldados que luchaban en primera línea del frente haciendo gala de una generosidad poco conocida con la proliferación de donativos y ofrecimientos para mejorar sus condiciones de vida, sanidad, alimentación, etc., pero también para preparar la próxima ofensiva confiando esta vez en el arma más prometedora y moderna: la aviación.
El periódico El Pueblo Manchego se hacía eco de una iniciativa para que cada provincia regalase un avión por suscripción popular. El rotativo liderará este singular proyecto que culminará exitosamente a comienzos de 1922 con la adquisición y donación a la Aeronáutica Militar de un aeroplano Breguet XIV bautizado y bendecido con el nombre de Ciudad Real.
En esta conferencia repasaremos la génesis, desarrollo y conclusión de esta poco conocida apuesta colectiva que, en palabras del autor, “fue capaz de superar los invisibles obstáculos interclasistas y las perennes reticencias entre civiles y militares, entre el pueblo que padecía y los políticos que gobernaban, entre la guerra sobrevenida y la paz posible en un reducto de la España interior”.
La historia militar no es ajena a los cambios que se están experimentando en la ciencia histórica y, en los últimos años, ha experimentado una profunda renovación y se están contemplando temas que rara vez los estudios más clásicos habían abordado. Actualmente, la atención se centra en los fenómenos colectivos, se marginan los estudios de líderes y acontecimientos sobresalientes, y se da prioridad al proceso frente al hecho, a la duración frente a un momento dado e irrepetible, a lo general de la continuidad frente a lo singular del momento. En suma, los historiadores militares desean ser conocedores de constantes más que de recapitular hechos singulares.
En el ámbito tecnológico, se ha señalado que es difícil encontrar innovaciones que justifiquen el incremento de la productividad en la agricultura y la industria europeas en los inicios de la Modernidad, salvo en dos campos concretos: el armamento y la navegación. Innovaciones en ambos casos orientadas hacia la guerra. No menos fuste tiene la discusión sobre si la guerra favoreció el desarrollo de la Revolución Industrial o al contrario. En la primera (1760-1830), la estructura económica emprendió una transformación irreversible a favor de la industria, el desarrollo de la siderurgia cambió el rostro de la batalla y la aparición de la máquina de vapor, la logística. Y en la segunda (1870-1914), las innovaciones tecnológicas tuvieron un amplio campo de aplicación en los armamentos y demás recursos bélicos, lo cual hizo de la I Guerra Mundial una contienda absolutamente distinta de las anteriores.