Se nace poeta del mismo modo que se nace esquimal. O bajito. O gilipollas. Quiero decir que es inevitable. Que por mucho que huyas de la rima ella te acosa y se atrinchera en tu cabeza, provocando que las letras se enlacen, juguetonas, y se hagan ritmo y bailoteen en el interior del cráneo hasta que llega un momento en que ya no puedes más y las vomitas, zas, en el primer sitio que pillas: igual te da un teclado que un cheque al portador.
Yo me di cuenta siendo pequeñita. Pensaba que se me pasaría, pero al llegar la adolescencia fue peor. Porque empecé a enamorarme y ya fue un no parar de darle al verso. Desde ese «Si encontrara la forma» que abre este poemario hasta la fecha. Medio siglo de vida rellenando renglones solo a medias que han dado como fruto los casi tres mil lectores de mi proyecto virtual «Los cuentos de Minina». De ahí y de las tripas de las ajadas carpetas que se amontonan en un cajón de mi escritorio ha salido el librito que tienes entre las manos.
Lugar: Centro Asociado de Tudela |
Fecha y hora: 10 de marzo de 2016. De 19:00 a 20:30 h. |
Puedes verlo en CADENA CAMPUS |
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