CV – 21-07-2022 – Grandes epidemias y pandemias del mundo antiguo

La historia se ha narrado a menudo como el resultado de la acción de los seres humanos –en especial, de sus gobernantes–, y sus mayores desastres acostumbran a concebirse en términos de conflictos bélicos. Si bien esta aproximación antropocéntrica es comprensible, lo cierto es que la Naturaleza ha impuesto sus leyes también a la historia, condicionando el curso de los acontecimientos: terremotos, erupciones volcánicas y otras catástrofes naturales han tenido efectos devastadores en el devenir de los pueblos. Entre estos desastres, las epidemias y pandemias han producido –por su carácter contagioso y por la indefensión con que se afrontaron– la mayor mortandad entre la población del mundo antiguo. Siendo así, más allá de las circunstancias sanitarias que se experimenta a nivel global desde finales de 2019, debería ser obvio que una comprensión cabal de la historia antigua requiere de la comprensión de fuerzas mucho más poderosas que las figuras de reyes y caudillos guerreros.

El presente curso contempla el análisis de las principales epidemias y pandemias conocidas en el mundo antiguo, y cuyas consecuencias son, a menudo, decepcionantemente soslayadas por los manuales. Se tratarán aquí las más importantes de las que se tienen noticias en Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, cubriendo así un amplio espectro cronológico y geográfico. El objetivo consistirá, en algunos casos, en identificar esas plagas y en reconstruir –a veces, incluso de forma detectivesca– su presencia allí donde las fuentes son escasas o insatisfactorias, como ocurre con algunas del Próximo Oriente. Allí donde los testimonios son más abundantes e inequívocos –como ocurre con las plagas que tuvieron lugar en el mundo clásico– se tratará más bien de describir sus causas, pero sobre todo de analizar sus efectos (inmediatos y de largo alcance) de toda índole: demográficos, políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos.

El propósito de este curso de verano estriba, en suma, en propiciar una mirada más realista y sofisticada a la evolución de la historia antigua, que permita una aproximación a ella caracterizada por un mayor rigor, sentido crítico y lucidez.