01-02-2021 – Macroproyectos versus alternativas de desarrollo sostenible

La desigualdad de posibilidades de vida y desarrollo en las ciudades y los pueblos, la despreocupación, la desidia para afrontar desde las administraciones competentes la solución a estos problemas, es una forma de violencia por omisión, y el visto bueno a macroproyectos de empresas multinacionales que no impliquen claramente fijación de población a largo plazo y una decidida apuesta por la conservación del medio y de la calidad de vida en contacto con la naturaleza y el paisaje, incumbe tanto a quienes viven actualmente en los pueblos como a quienes no viven en los pueblos pero gustan de acercarse a ellos para respirar, para descansar, para disfrutar y para huir de las restricciones ciudadanas en las pandemias. Porque si se enajena la tierra, el medio rural, las posibilidades de uso y beneficio local de los recursos propios, seremos por mucho tiempo más pobres y más dependientes de cualquier avatar o decisión contra los que nada se podrá hacer, aún pasados los largos plazos de ocupación de terrenos. Estos proyectos de explotación dejan de ser ecológicos y sostenibles cuando ocupan terrenos de labranza, de esparcimiento, y ahogan los pueblos, o desplazan a la población que mantiene vivo ese entorno.